Un gran día de nada, uno de los mejores cuentos ilustrados de Beatrice Alemagna
Un gran día de nada es uno de los mejores cuentos ilustrados de Beatrice Alemagna ya que está entre los diez mejores cuentos ilustrados de 2017 según The New York Times y la biblioteca pública de Nueva York. En el siguiente artículo reflexionamos sobre el proceso de creación de esta autora que no para de recoger premios por sus fantásticos cuentos ilustrados.
Reflexiones del proceso creativo de la autora Beatrice Alemagna
La primera cosa que vino de este libro es el título. A menudo, una sola palabra, un sonido incompleto, un nombre raro, son el pretexto para la aparición de una realidad que llevo dentro. Un día, me surgió de la nada esta frase en Inglés: “Just a day of nothing”, y vi un paisaje ahogado en la lluvia. Todo comenzó desde aquí, desde la idea de tiempo vacío. Quería hablar del aburrimiento.
Tengo dos hijas, una se aburre todo el tiempo, la otra es todavía demasiado pequeña para hacerlo. Paradójicamente, no he pensado en el aburrimiento de mi hija, pero si en cuando yo era una niña. En el vacío insoportable e insalvable que existe sólo en la infancia. El aburrimiento adulto es un éxito que soñamos porque hemos aprendido su valor e incluso su utilidad, a medida que envejecemos. Para los niños significa que tienen la oportunidad de soñar y el sueño es un acto necesario para la construcción de ellos mismos.
El aburrimiento es de hecho un tiempo especial para observar, reflexionar, imaginar, crear. Un tiempo vacío, en el que no hay obligaciones o tareas, es el espacio elástico que permite que el niño se encuentre a sí mismo en el interior de sus recursos personales.
Entrar en él y fabricar diferentes vidas. Esto es lo que recordé, pensando en mi aburrimiento de infancia perdida.
Creo que el aburrimiento debería ser un derecho para todos. El momento importante es aprender a darse cuenta de que el aburrimiento es la libertad.
Los niños de hoy, los “nativos digitales”, tienen su propia extensión del cuerpo: teléfonos móviles, ordenadores o tabletas. Ahora, la tecnología es un asunto serio, y a menudo ventajoso, y yo simplemente quería hablar de ello en mi propio camino. Es duro para todos los padres de mi generación, cuando ven a sus hijos arrojados en los sofás, alienándose frente a una pantalla brillante, cuando tal vez fuera hay un mundo de maravillas para explorar.
Igualmente que todos mis libros, “Un gran día de nada” es el resultado de meses y meses de trabajo, dudas, momentos de vacilación y remakes. Con la experiencia de la edad, ahora sé perfectamente que, en la realización de un proyecto durante meses, mi motivación interna debe ser tenaz. Que tendrá que soportar largos períodos de incertidumbre y problemas.
En mi mitología personal y artística, la simplicidad es una de las cuestiones principales. Pero no fue así para los dibujos de este libro. Yo quería que la naturaleza pareciera misteriosa. Quería probar de dibujar el sonido de las gotas de agua y el susurro de las hojas, dejar que los espectadores se perdieran en los paisajes espaciales húmedas.
Me preguntaba varias veces la forma de dar a todo esto la forma de la “nada”. Que fuera extraordinaria y que nunca estuviera realmente relleno de algo.
Ficha del libro
Traducción del artículo de Topipittori, editor en el idioma original del cuento ilustrado de Beatrice Alemagna Un gran día de nada. Puedes leer el texto original en su página web
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