Con motivo del nuevo libro
¿Quién se comió las fresas?,
de la colección «Clic-clac»,
hablamos con su autora, Marta Comín.
Marta Comín es diseñadora gráfica, ilustradora y autora de numerosos libros infantiles. Su lenguaje explora las posibilidades formales, narrativas y lúdicas del libro como vehículo de descubrimiento.
¿Cómo surge tu vocación de ilustradora?
Mi relación con la ilustración surgió por una suma de caminos. En el colegio fui de ciencias y al terminar estudié Diseño Industrial, cuando aún era una ingeniería técnica. El primer trabajo que encontré fue como diseñadora gráfica y durante algunos años trabajé como tal.
Consciente de que me faltaban recursos y conocimiento en muchas áreas, con 26 años me animé a estudiar Bellas Artes. Ahí es cuando tuve contacto por primera vez con la ilustración y me enamoré de las posibilidades narrativas y sensoriales del libro-álbum: un medio que me permite reflexionar por medio de la palabra, el soporte y la imagen.
¿Tienes algún ritual a la hora de ponerte a trabajar?
Pues me encantaría poder responder que tengo un ritual como Nadal antes de sentarme cada mañana. Por ejemplo: sonarme la nariz, afilar el lápiz tres veces y recolocar mi ropa interior de una determinada manera. Pero, si lo tengo, no soy consciente de él. Quizás el único sea tener un café cerca. Sé que es un ritual porque el café siempre se queda olvidado en una esquina de la mesa y apenas tomo un sorbo o dos, pero tiene que estar para ponerme a trabajar. Y silencio, especialmente para escribir.
Siempre tengo a mano unos cascos de obra, y eso que mi estudio es muy silencioso.
¿Puedes citar a algún ilustrador, nacional o extranjero, al que admires?
Nombrar solo a uno es muy difícil. Admiro a muchísimas ilustradoras e ilustradores. Uno de ellos es Katsumi Komagata,
que, además de ilustrador, es autor y diseñador.
¿Qué tipo de cosas influyen en tu trabajo?
Una búsqueda de la sencillez, la elipsis, la ternura, el juego y la sorpresa. El «cómo» en mi trabajo bebe mucho
de la historia del diseño y la ilustración. El «qué», en cambio, nace de experiencias y reflexiones personales cotidianas
y, en algunas ocasiones, del campo de la literatura y la filosofía.
En tu próximo libro, ¿Quién se comió las fresas?, aparecen diferentes animales. ¿Cuál es tu preferido y por qué?
Desde el principio, siento un cariño especial por Priscila, la cocodrila. La fila de dientes triangulares que asoman en su sonrisa me hace pensar que es la más glotona de todos.
Consulta todos los libros de Marta Comín aquí.
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